El ejército invasor estaba compuesto de soldados que no le temían a nada, o al menos eso parecía. Por suerte, se descubrió que los soldados invasores temían a los estornudos. Por eso, el rey mandó a toda la población lanzar al aire polvos de pimienta y así todo el país se puso a estornudar sin parar, hasta que rechazaron la invasión extranjera. Achís... Salud.
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