viernes, 25 de noviembre de 2011

SEIS



En aquel reino, todos andaban algo mustios y suspirando todo el día. Y es que el dragón tremebundo estaba enamorado de la princesa tonta; la princesa tonta estaba enamorada del criador de murciélagos; el criador de murciélagos estaba enamorado de la bruja miope; la bruja miope estaba enamorada de un vendedor de pendientes; el vendedor de pendientes estaba enamorado de una estatua de sal; la estatua de sal estaba enamorada del dragón tremebundo. Y el caballero andante, ¿qué? Ese solo podía jugar a las cartas con los enanos del bosque, pero esos siempre le hacían trampas.

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