martes, 26 de marzo de 2013

LA VUELTA AL MUNDO


Magdalena era una niña muy emprendedora.
Había decidido que quería dar la vuelta al mundo.
Aprovechó para eso unas vacaciones de verano.
Ella creía que en dos meses podría llegar muy lejos.
Salió por la mañana muy temprano.
Decidió que para que no la detuviesen en las fronteras, cerraría los ojos.
Así no vería las fronteras.
Empezó a caminar nada más salir de su casa.
Siempre con los ojos cerrados.
Caminó y caminó.
Horas y horas.
Caminó como nunca en su vida había caminado.
Caminaba muy deprisa, casi corriendo.
Caminó hasta que comenzó a sentir frío.
El sol ya bajaba.
Y entonces Magdalena sintió clarísimamente la voz de su madre:
Magdalena, entra ya que es hora de cenar...
Y Magdalena abrió los ojos.
Y vio que caminar, sí que había caminado, pero siempre dando vueltas alrededor de su propia casa. 

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