Vindicarlo era un niño que vivía todo triste y amargado porque sus compañeros de clase no lo apreciaban. Y así, Vindicarlo desarrolló unos sentimientos terribles de venganza contra los compañeros de clase. Pero un buen día, un hada se le apareció y le dijo:
─ Te concedo un deseo...
─ ¿Y no son tres?
─ Lo siento, pero soy un hada en prácticas y solo te concedo uno.
─ Pues quiero venganza...
─ Qué cosa tan fea. Dime, ¿qué es lo que quieres?
─ Quiero que mis compañeros me tengan que aguantar sin remedio y que yo pueda fastidiarlos todo lo que quiera.
─ ¿Estás seguro? ─preguntó el hada.
─ Del todo.
¡Plim! El hada agitó la varita y lanzó un encantamiento.
Y desde ese preciso momento, convirtió a Vindicarlo en el virus de la gripe.
Frantz Ferentz, 2015
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