Día 1: Acabamos de entrar en cuarentena por el
Covid-19. Los vecinos actúan como si no se enteraran de la televisión. Van y vienen para visitarse felices. Nunca han aprendido a hablar, siempre gritan. Se pelean entre ellos. Parece como si lucharan por la comida. No sé qué pensar.
Día 2: Llegan los hijos, se van los hijos, vuelven los hijos. Tengo la tentación de conectar con la policía e informar de que ellos no respetan el confinamiento. Oigo a los perros, ignoro si hablan con ellos o si se pelean con ellos.
Día 3: Mientras toda la población sigue confinada, los vecinos mantienen su vida ordinaria. Mi esposa sale a la calle para hacer compras y dice que ha visto a los vecinos, pero que llevaban máscarillas... ¿Para qué? Me pregunto yo.
Día 4: Los vecinos no cambian de comportamiento.
Día 5: Son las cinco de la madrugada. Me despiertan unos ruidos terribles en el pasillo. Es el ejército que entra. Derriban la puerta de la casa de los vecinos. Después de dos horas, todos los que entraron, no han salido todavía. Todo es silencio.
Día 6: Me asomo al pasillo. La puerta de la vivienda de los vecinos está cerrada. El silencio dura hasta la noche. Después, vienen más hijos y hacen los ruidos habituales.
Día 7: Hay policías y militares en la calle, pero no se atreven a subir. Los vecinos continúan con sus disputas. Me asomo a la ventana y veo como lanzan cadáveres. Hay gritos de terror en la calle. Retiran los cuerpos. Todos se van. Los vecinos tienen más fiesta.
Día 8: Toda la noche despiertos a causa de los vecinos. De repente entran sin aviso las fuerzas de asalto. Es un escándalo sin precedentes. Los vecinos parece que controlan a los asaltantes. Silencio durante unas horas.
Día 9: Creo que vamos a morir todos. Estoy en el suelo escribiendo estas últimas líneas en el celular. Parece ser que los vecinos controlan el coronavirus a voluntad. Hartos de que los ataquen, usan los virus contra el resto de la población.
NOTA FINAL DEL DR. LIEGER: Después de leer este diario de un vecino de los habitantes del 1ºD, creo que el control que ellos obtuvieron del coronavirus fue posible gracias al hecho de que eran los últimos australopitecos vivos y son inmunes a virus como el Covid-19. De ahí su capacidad de supervivencia primero y de control del virus después. Pena que no tengamos descubierto antes que eran la última tribu de australopitecos a vivir entre nosotros. Infelizmente, la única hipótesis para que los seres humanos sobrevivan es desevolucionar a australopitecos. Sin embargo, ya ahora estamos todos, absolutamente todos, contagiados. Por ahora, ya me he quitado la ropa y me preparo a caminar con el apoyo de las manos, como los habitantes del 1ºD. Ellos han de mostrarnos el camino.
© Frantz Ferentz, 2020
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