Dramatis Personae Filófone,
vampiro o vampira vegano y adolescente Padre
de Filófone Madre
de Filófone Lupina,
mayordoma, es una licántropa y lleva bozal Mus,
amiga o amigo e Filófone |
Acto único
Es un salón tenebroso, oscuro. Hace parte de un palacio donde cuelgan
cortinajes siniestros. Se oyen, a veces, truenos y se ven relámpagos. Da mucho
miedo el lugar.
En el centro del escenario hay una mesa. Frente a ella se sientan Filófone,
su padre y su madre. Son una familia de vampiros. Visten todos de negro. Se les
ven los colmillos sobresalir en la boca, manchados de sangre.
Cuando comienza la acción, los tres miembros de la familia están sorbiendo
sopa en silencio.
MADRE: ¿Está rica la sopa, Filo?
FILO: Sigo sin entender cómo se puede hacer sopa con sangre.
MADRE: Hay recetas muy antiguas en
esta familia.
Se escucha cómo sorben la sopa. Entra la mayordoma. Coloca tres cuencos
delante de cada vampiro. Después de
servir, se retira para atrás, permanece en pie a una corta distancia.
FILO: ¿Más sopa de sangre?
PADRE: No, Filo. Esto es caldo de sangre.
FILO [de mal humor]: Yo ya no aguanto la sangre. Me la pueden dar de
mil maneras diferentes, pero odio esta cosa.
PADRE: Somos vampiros, Filo. Tan solo nos alimentamos de sangre...
FILO [gritando]: ¡Pero yo ya no quiero más sangre!
Filófile se levanta y se retira de la mesa. Se va hacia un ángulo, delante
del público. Los padres siguen sorbiendo el caldo lentamente, mientras Filófone
se saca un celular del bolsillo. Marca un número. Se pone el aparato en la
oreja. Espera unos segundos. Al final se oye una voz. Es Mus.
El escenario se queda oscuro. Los padres ya no están a la vista.
Se ve a Mus en el lado opuesto a donde está Filófone. Tiene también un
móvil en la mano.
FILO [con voz triste]: Hola, Mus.
MUS: Hola, Filo. ¿Qué tal todo?
FILO: No. Volví a discutir con mis padres a causa de la sangre. ¡Yo detesto
la sangre! No me gusta nada. ¡No quiero ser vampiro!
MUS: Creo que con eso no hay nada que hacer. Si eres vampiro, eres vampiro.
FILO: ¿Y cómo hago para dejar de alimentarme de sangre?
Hay un momento de silencio. Mus se
pasa la mano por la barbilla, pensativa. De repente sonríe
MUS: Tengo una idea: abraza el veganismo. Di que rechazas tomar más
alimentos de origen animal.
FILO: Pero la sangre...
MUS [interrumpiendo]: La sangre es de origen animal. También los
humanos somos animales.
FILO: Claro, tienes razón. Gracias por todo. Un beso.
MUS: Besos...
Mus desaparece. Vuelve a estar iluminado todo el escenario. Se ve
nuevamente al matrimonio vampiro que sigue sorbiendo el caldo y la mayordoma de
pie detrás, inmóvil, esperando que la pareja termine. Filófone se gira y vuelve
a la mesa. Se sienta, carraspea. Mira primero a la madre y luego al padre.
FILO: Quiero decir algo.
Los padres dejan de sorber. Prestan atención a Filo.
FILO: Sé que en esta casa se me trata como a un vampiro. Sé que tengo unos
buenos progenitores vampiros y hasta sé que recibo la mejor sangre, muy bien
preparada para los gustos de los vampiros. Pero ya no lo aguanto más, no quiero
alimentarme de sangre.
MADRE: Pero Filo, la sangre...
FILO [con furia]: ¡¡¡No me gusta la sangre!!!
En ese momento, Lupina gruñe fuerte y hasta se revuelve inquieta.
FILO [se vuelve a la mayordoma]: No, Lupina, no tiene nada que ver
con usted. No es que sea una mala cocinera, es simplemente que ¡ya no soporto
la sangre! [A los padres] Pues voy a anunciar algo: a partir de este
instante, me declaro vegano. No voy a ingerir ningún alimento de origen animal,
lo cual incluye la sangre.
Los padres se miran sorprendidos.
PADRE [ceremonioso]: Filo, tú nunca has probado la sangre.
Filo reacciona alzando la cabeza y con un movimiento para atrás:
FILO: Pero ¿qué dices? Siempre me han dado sangre para comer, sangre para
el desayuno, para el almuerzo y hasta para la cena. Me han dado hasta
espaguetis de sangre seca con salsa de sangre. ¡Todo lo que se come en esta
casa está hecho con sangre! Somos vampiros.
MADRE: Te equivocas...
Un momento de silencio. El padre y la madre aprietan cada una de las manos
de Filo.
PADRE: Tu madre y yo tenemos algo que contarte.
Filo se queda con la boca abierta.
MADRE: Filo, nosotros no somos tus padres biológicos. Somos tus padres
adoptivos.
Silencio. Filo sigue con la boca abierta.
PADRE: Te adoptamos cuando te rescatamos de un accidente. Tus padres habían
muerto y tú llorabas. Te acogimos y te llevamos con nosotros, te tratamos como
si fueses carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre... Bueno, eso no,
porque no te gusta la sangre.
FILO: Cómo es posible que mis padres viajasen en un vehículo. A los
vampiros no les gusta montar en autos.
MADRE: Es que tus padres no eran vampiros. Eran humanos.
FILO [sorprendida] ¿Quéééé?
MADRE: Lo que oyes. Déjanos que nos pongamos a la sombra.
El padre y la madre se levantan y se desplazan para el fondo del escenario.
MADRE: Lupina, ¿puede abrir las cortinas?
Lupina se saca un telemando del bolsillo, aprieta un botón. El escenario se
ve inundado de luz, excepto al fondo. Filo
se protege los ojos con la mano, pero no le pasa nada.
FILO [se va retirando despacio las manos del rostro]: ¡Me puedo
quedar debajo de la luz del sol y no me desintegro!
PADRE: Exacto, porque no eres vampiro.
MADRE [a la mayordoma]: Lupina, por favor, cierre las cortinas.
La mayordoma hace como le dicen apretando el botón del telemando y
enseguida el escenario vuelve a tener ambiente tenebroso y lúgubre. Los padres
vuelven a la mesa, Filo también se sienta en su sitio.
MADRE: Además, tengo una noticia más para ti. Que no puedes ser vegano.
FILO: ¿Y por qué?
MADRE: Porque no te gustan los vegetales, las verduras.
FILO: No entiendo. Si hasta tengo colmillos.
MADRE: Son postizos. Ya te dijimos que nunca has comido sangre. Te has
alimentado siempre a base de verduras. Tomabas jugo de remolacha, de tomate, de
lombarda y hasta vino sin alcohol. Siempre te dábamos verduras de color rojo
para aparentar que era sangre, o teñido de rojo. Y ahora que ves que no te
gustan los vegetales, ¿cómo es que quieres hacerte vegano?
Filo se deja resbalar ligeramente en la silla, con la cabeza para atrás, mientras sus padres no le quitan la vista de encima, esperando una respuesta.
TELÓN
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