Personajes
Mónica
Mónica 2
Árbol
Hipopótamo
Bruja, viste de negro, con verruga incluida.
Ladrón o ladrona, es indiferente el sexo. Viste todo de negro, con capucha
Policía, es indiferente el sexo. Viste de manera clásica, con guerrera con botones y casco alto. Lleva un silbato que cuelga de un cordel alrededor del cuello.
ACTO ÚNICO
Aparece Mónica en escena. Hay peluches descabezados por el suelo. En ese momento camina abrazando un peluche, al que abraza con fuerza, pero, de repente, se le cae la cabeza al suelo.
MÓNICA: Hala, otro peluche destrozado.
Deja caer el peluche en el suelo, decapitado, como el resto.
MÓNICA [al frente]: ¿Y qué hago yo ahora? Necesito abrazar. No me queda ni un solo peluche y ni tengo dinero para comprar más. Además, necesito abrazar ya. Tendré que salir a la calle, pese al confinamiento, a ver si encuentro alguien a quien abrazar.
Mónica se pone la mascarilla y se pone en movimiento. Camina hasta la puerta (invisible). La abre, la cierra, sigue caminando. Se topa con un árbol. Se golpea contra el árbol, no lo ve porque va mirando al suelo.
MÓNICA [tras chocarse]: Huy, perdone.
Mónica sigue mirando al suelo.
MÓNICA: Dije que perdón.
Finalmente alza la vista. Ve el árbol.
MÓNICA: Normal que no me responda, es un árbol... Pero, quién sabe, quizá sea abrazable.
Mónica se dispone a abrazar al árbol. Pasa un brazo por un lado y el otro por el contrario. Lo abraza, pegando el rostro al tronco. Permanece así unos segundos, con los ojos cerrados. En su rostro se dibuja una sonrisa.
MÓNICA: Hmm, me encanta abrazarte, árbol. Te llevaré a casa.
Mónica intenta arrastrar el árbol con ambas manos, pero el árbol no se mueve.
MÓNICA: Pues nada, ya vendré otro día a abrazarte. Hasta luego.
Una de las ramas del árbol se mueve levemente, como si se despidiese. Mónica sigue caminando, el árbol deja de estar a la vista.
Al rato, Mónica se topa con un hipopótamo. El animal está tranquilamente caminando. Mueve el rabito.
Mónica se detiene delante de su hocico. El hipopótamo también se detiene. Gruñe suavemente (parece un cerdito en lo de gruñir).
MÓNICA: Hola, hipopótamo, con tu permiso, te voy a abrazar.
El hipopótamo permanece inmóvil. Mónica intenta abrazarlo varias veces. Lo abraza primero por el cuello, luego por el pecho poniéndose de rodillas, después por la barriga desde abajo y, finalmente, desde arriba. Pero los abrazos son un fiasco.
MÓNICA: Hipopótamo, eres poco abrazable. Que tengas un buen día.
El hipopótamo gruñe suave y sigue su camino, mientras Mónica sigue el suyo.
Al rato, Mónica se topa con una escoba por el suelo. La recoge y la mira. Después se dispone a abrazarla. No hay modo, la escoba es demasiado fina.
Y mientras está en ello, se le acerca por detrás una bruja. Lleva un cono como gorro, unos pelos horrendos, viste de negro y tendrá una nariz puntiaguda con una verruga del tamaño de una canica.
BRUJA: Aquí estás, Mariola.
MÓNICA [volviéndose hacia la bruja]: No, Mónica.
BRUJA: ¿Mande?
MÓNICA: Que me llamo Mónica, no Mariola.
BRUJA: Hablaba con mi escoba.
MÓNICA: ¿Es que la escoba habla? Porque abrazar no abraza.
BRUJA: Normal, no tiene manos. Pero no habla, aunque sí vuela.
MÓNICA: ¿Que vuela?
BRUJA: Sí, está embrujada.
MÓNICA: ¿Entonces usted es una bruja?
BRUJA [vacila]: Esteee...
Mónica no espera una respuesta. Se lanza sobre la bruja y se dispone a abrazarla, pero no acaba de hacerlo.
MÓNICA: Puaj, qué horror, qué mal huele usted. [Se aparta]. Huele a ajo... y cebolla. Se trata de alguna poción.
BRUJA: Noooo, es que estaba preparando un estofado para comer.
La bruja recoge la escoba del suelo, se la coloca entre las piernas y sale corriendo para tomar carrerilla y despegar. Se pierde de vista.
MÓNICA: Qué mal educada, puede ser todo lo bruja que quiera, pero ya podía despedirse.
En ese momento, se oye un silbato.
POLICÍA: ¡Alto, deténgase!
Aparece un ladrón corriendo. Viste todo negro, con una capucha toda negra que solo deja a la vista sus ojos. Mónica se interpone en su camino. Va con los brazos abiertos.
MÓNICA: ¡¡Un abrazo!!
El ladrón no se lo espera. Se detiene asustado. Mónica aprovecha para abrazarlo. Lo aprieta. El ladrón intenta zafarse de Mónica. Llega el policía corriendo, pero sin aliento.
POLICÍA [jaleando, con la mascarilla colgando]: En nombre... de la... de la... ley... alto.
El ladrón consigue zafarse de Mónica y sale corriendo como un galgo. Mientras, el policía intenta recuperar el aliento, momento que Mónica aprovecha para abrazarlo.
POLICÍA: ¿Qué hace? ¡Suélteme!
MÓNICA: A ver si se lava, que huele a sudor. Y haga más ejercicio, que está en muy mala forma.
POLICÍA: ¡¡Suélteme!!
Mónica lo suelta. El policía continúa con la persecución. Sopla el silbato otra vez, sin resuello, y se pierde de vista.
MÓNICA: Está visto que no encuentro a quien abrazar. ¿Pero es que la gente no entiende que para mí abrazar es algo vital? Ay, qué penita. Me vuelvo a mi casa.
Mónica se pone a caminar. Avanza rápido. Llega hasta la puerta invisible de su casa. Se retira la mascarilla. Se saca la llave, la mete en la cerradura, desatranca, abre la puerta y entra en casa.
Se queda parada un momento. Luego se dirige al espejo de cuerpo entero. El público ve la espalda de Mónica, mientras que verá su imagen de frente. Según se acerca, se ve su imagen acercarse. Lógicamente, el reflejo del espejo repite los movimientos de Mónica, que solo moverá levemente la mano y la cabeza mientras monologa.
MÓNICA: Es muy triste mi vida. Yo, si no abrazo, exploto. Pensé que abrazar gente o árboles, o animales, sería más placentero que abrazar peluches, que se rompen enseguida, pero lo cierto es que no resulta [suspira con mucha pena].
Mónica se cubre el rostro con las manos y hasta solloza. Se la queda mirando reflejo, que gira la cabeza hacia un lado.
De repente, el reflejo de Mónica, o sea, Mónica 2, se asoma por fuera del marco del espejo.
MÓNICA 2: Psst...
Mónica no se da por enterada. Mónica 2 insiste.
MÓNICA 2: ¡Eh!
Mónica sale de su ensimismamiento. Ve a Mónica 2. Da un paso para atrás.
MÓNICA: ¿Quién eres?
MÓNICA 2: Yo soy tú.
MÓNICA: ¿Y tú eres yo?
MÓNICA 2: Depende.
MÓNICA: ¿De qué depende?
MÓNICA 2: De si eres abrazada o abrazante.
MÓNICA: No entiendo.
MÓNICA 2: Vamos a ver. Tú qué quieres, ¿abrazar o ser abrazada?
MÓNICA: Abrazar, pero me sale fatal. No lo consigo.
MÓNICA 2: ¿Y alguna vez te han abrazado?
MONICA [dudando]: Este... Creo que no. No estoy segura.
MÓNICA 2: Si te hubiesen abrazado, no lo olvidarías.
Mónica 2 sale del espejo. Ambas Mónicas están frente a frente.
MÓNICA 2: Anda, abrázame.
MÓNICA: ¿Estás segura?
MÓNICA 2 [haciéndole un gesto con la mano para que se le acerque]: Completamente.
Mónica se le acerca lentamente. Alza lentamente los brazos para abrazar a su reflejo. Mónica 2 hace lo mismo y abraza a Mónica. Al cabo de diez segundos, se separan lentamente.
MÓNICA 2: ¿Qué tal?
MÓNICA [emocionada]: Uf, ha sido increíble, no tengo palabras.
MÓNICA 2: Por qué.
MÓNICA: Pues porque al mismo tiempo que te abrazaba, me abrazabas.
MÓNICA 2: Pero si yo soy tú, tú te abrazabas a ti misma.
MÓNICA: No me líes.
MONICA 2: ¿No lo notas?
MÓNICA: ¿El qué? ¿Que recibo un abrazo?
MÓNICA 2: Es más que eso. Es la primera vez que te quieres a ti misma. Y cuando abrazas, el amor que tienes en ti misma debes dárselo al mundo. Pero, al mismo tiempo, tienes que ser abrazada para que el mundo te devuelva ese amor.
MÓNICA: No digas bobadas.
MÓNICA 2: Es la pura verdad. Sal al mundo y abraza, pero que te devuelvan el abrazo.
De repente, el reflejo de Mónica regresa al espejo. Se pierde al otro lado.
Mónica tarda un poco en reaccionar, pero luego decide seguir a su reflejo.
MÓNICA: ¡Espérame!
Mónica atraviesa el espejo, pero es como si pasase un marco vacío, no cruza a otra realidad.
MÓNICA: ¿Por dónde te has ido?
Silencio. Mónica mira a su alrededor. De repente ve un marcador negro y una cartulina blanca. Se sienta en el suelo y escribe en letras grandes:
«Intercambio abrazar por ser abrazada»
Luego, se cuelga la cartulina, se coloca la mascarilla, se dirige a la puerta invisible de la calle, la abre, sale y la cierra. Una vez fuera, se sienta en el suelo con el cartel bien a la vista. Se sienta a esperar.
Va a oscuro
TELÓN
NOTAS:
Mónica debería llevar una máscara, para que la actriz que interpreta a Mónica 2 tenga el mismo rostro.
La puerta de la calle es invisible. Mónica la abre y la cierra como un mimo.
Mónica no camina realmente. Solo mueve los pies. Los que se mueven de verdad son los demás personajes, aunque dentro del escenario Mónica puede dar algunos pasos.
El hipopótamo es un personaje que requiere de dos actores.
© Frantz Ferentz, 2020
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