lunes, 22 de mayo de 2023

CUÉNTAME UN CUENTO

 

━ Mamá, cuéntame un cuento.

Ese era siempre el primer intento de Moue. Como normalmente no funcionaba, iba al segundo:

━ Papá, cuéntame un cuento.

Pero era inútil, ni el padre ni la madre querían contarle cuentos a Moue por la noche.

━ ¿No eres demasiado mayor para querer un cuento todas las noches? ━ preguntaban indiferentes el padre o la madre, porque ninguno de los dos estaba dispuesto a perder quince minutos contando cuentos.

━ Pero es que tengo miedo. Si no me contáis una historia y esperáis a que me duerma, no haré nada más que pensar en el monstruo de las pesadillas que vive debajo de mi cama.

Siempre era la misma canción. Moue siempre lloriqueaba en la habitación hasta que se dormía.

Los padres de Moue escuchaban todo, pero no hacían nada, seguían viendo la tele acurrucados en el sofá. No estaban muy interesados ​​por aquel vástago que tenían. Podía llorar hasta aburrirse. Bueno, que se pusiese unos auriculares y escuchase historias grabadas.

Pero todo cambió de repente, una noche, cuando, en lugar de sollozos, los padres de Moue comenzaron a oír risas. ¿Qué estaba pasando?

Como Moue no les importaba, no fueron a averiguar de qué se reía, pero al ver que la risa se repetía todas las noches hasta que Moue se dormía, empezaron a tener curiosidad.

Aunque los llantos de Moue no los molestaban, las risas, por alguna extraña razón, sí. Así, finalmente una noche los padres ya no pudieron resistir la curiosidad. No era normal que alguien tan melindroso dejara de llorar y empezara a reír todas las noches antes de dormir.

Y cuál fue su sorpresa cuando, al abrir la puerta, encontraron a Moue en la cama y al lado, una criatura peluda, muy peluda, con un libro en el regazo, leyendo el cuento en voz alta, mientras Moue reía muy feliz.

En cuanto entraron los padres, el monstruo dejó de leer y saltó debajo de la cama. Moue miró a los padres con aire disgustado y dijo:

━ Y ahora, ¿venís a contarme una historia?

━ ¿Qué era esa cosa? ━ preguntó el padre.

━ Es el monstruo de las pesadillas, el monstruo de debajo de la cama. Nos hemos hecho muy buenos amigos. Un día se subió aquí porque dijo que no soportaba oírme llorar. Y desde entonces, viene todas las noches a contarme un cuento...


© Frantz Ferentz, 2023

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