jueves, 20 de julio de 2023

EL MONSTRUO DESABRAZADOR

Érase una vez un monstruo desabrazador.

¿Que qué es un monstruo desabrazador?

Es un monstruo único, no es de los que abundan en el mundo de los monstruos.

Es peludo, como todos los monstruos, pero sin colmillos, aunque con unos brazos muy largos.

Este concretamente tiene nombre, se llama Elyodoro.

¿Y qué hace, pues, un monstruo desabrazador?

Como dice su nombre, desabraza.

¿Que qué significa desabrazar?

A simple vista, se desabraza igual que se abraza.

A ver, el monstruo se acerca a alguien y lo abraza sin abrazar... En fin, lo desabraza.

El monstruo desabrazador primero abraza y luego desabraza.

Durante el abrazo, el monstruo desabrazador absorbe la energía de la persona abrazada, se alimenta de sus sentimientos bonitos y alegres, para dejarle una sensación de tristeza muy grande.

Luego, los monstruos como Elyodoro, se van y dejan a sus víctimas con mucha pena.

Y así ha sido durante cientos de años.

Hasta aquel día.

Fue una mañana en que Elyodoro se levantó con hambre.

Con hambre de desabrazar, ya se entiende.

Heliodoro salió de su guarida, se estiró, bostezó y oteó el horizonte.

Los desabrazadores no viven en los hogares humanos, no, viven en guaridas que excavan en la tierra, pero pueden también vivir en las ramas de los árboles, como los simios.

Y así, Elyodoro enseguida detectó a una humana pequeñita que seguramente estaría llena de buenos sentimientos e ilusiones.

Por delante de las narices del monstruo desabrazador pasaba una niña pelirroja con dos trenzas.

Se llamaba Susana y en ese momento iba al colegio, con su mochila a la espalda, cantando algo en voz baja.

Hay un detalle que he olvidado comentar y que es muy importante conocer.

Los monstruos desabrazadores, y Elyodoro no es una excepción, son invisibles al ojo humano, como todos los demás monstruos que nos rodean.

Elyodoro pasó al ataque.

Se plantó delante de Susana para abrazarla.

Estiró sus largos brazos, ya casi la tocaba.

Pero entonces Susana lo vio, vio a Elyodoro.

━ ¡Qué lindo monito! ━exclamó la niña nada más ver a Elyodoro ante ella.

Y es que a la niña le pareció un verdadero simio, tal vez un orangután como los que salían en los documentales de naturaleza de la tele.

━ Buscas un abrazo, ¿verdad? ━preguntó Susana.

Y de repente, ella abrazó a Elyodoro.

Fue un abrazo de verdad, intenso, largo.

Fue de hecho un apapacho, que es un abrazo con el alma.

Elyodoro cerró los ojos, nunca se había sentido así.

Sintió hormigas por la espalda.

Y le llegó olor a pastel de chocolate, aunque no hubiese chocolate alrededor.

Y sonrió.

Sí, sonrió, pese a que nunca había sonreído en su vida.

Resultó que por primera vez en su vida lo habían abrazado y había podido sentir algo único, algo que solo se siente cuando te abrazan con el alma y que no puede explicarse con palabras.

━ Eres muy lindo ━le dijo Susana y siguió su camino al colegio como si tal cosa.

Elyodoro la vio alejarse, sin dejar de sonreír, y con un arcoíris en los ojos.


Texto: Frantz Ferentz, 2023
Ilustración: Chaimae Hilal



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