domingo, 22 de octubre de 2023

EL ESCRITOR INVISIBLE

 



Personajes

  • Tabacundo, escritor

  • Escritor invisble


Ambientación

Escritorio de TABACUNDO, con una vieja máquina de escribir sobre una mesa de madera, todo ello entre columnas de papeles y con una silla por detrás.


TABACUNDO se queda  de frente al público.


Acto único


~Escena 1~


TABACUNDO entra por un lateral. Viste bata y pantuflas. Tiene una taza de café en la mano. Se nota que acaba de despertar.

Se dirige a la mesa. Toma un sorbo de café y deja la taza sobre la mesa. Tiene que mover los papeles para abrirse hueco.

Se fija en la máquina. Pone cara de susto. Hay una hoja en el rodillo. Está escrita. TABACUNDO se queda leyendo unos segundos en silencio.


TABACUNDO

¿Cómo es posible que esto haya vuelto a pasar? [Saca la hoja de la máquina y la lee en voz alta.] «Capítulo setenta y dos. Y fue entonces cuando, siguiendo a mi perro, descubrí que él era el auténtico ladrón de joyas. No es que el animal tuviera malas intenciones, no. El animal había sido entrenado para ello. Entonces recordé cómo había llegado a mí aquel cachorrito. Me lo regalaron en la calle, y el tipo que me lo dio era un delincuente que ya había planeado todo. ¡Qué tonto fui! Pero ya era tarde. Me robaron, pero amaba tanto a ese perro...». [Pausa] Otra vez me encuentro con esto [se pasa la mano por la frente]. Todas las mañanas, cuando llego a mi escritorio, me encuentro una hoja escrita con mi vieja máquina de escribir. Es imposible entrar en esta sala sin conocer la contraseña de la puerta de arriba. Finalmente, después de todo, he puesto una cámara y hoy podré ver quién ha entrado aquí. Porque es obvio que alguien ha encontrado la manera de colarse aquí.

TABACUNDO saca el móvil de un bolsillo de la bata. Lo enciende. Espera unos segundos. Teclea en la pantalla. Se detiene. Se lo queda mirando unos segundos. Toca la pantalla nuevamente. Agita el móvil.


TABACUNDO

No puede ser. No creo que la cámara haya fallado. Solo veo una hoja de papel que se coloca sola en la máquina y las teclas hacen clic solas. La historia no se puede escribir sola... [Pausa]. Sólo hay una explicación. Ha de ser alguien invisible, un escritor invisible o incorpóreo. Seguramente se coloque detrás de mí y, como no puedo verlo, se cuela en mi escritorio y se esconde aquí. Sólo así se explica cómo consigue quedarse aquí, y por qué no aparece en la grabación... En fin, quiero saber cómo termina esta historia del perro ladrón. Dejaré que termine la historia. Solo queda un capítulo. Y encima ya le he dejado una hoja puesta. Incluso estoy pensando que puedo sacarle provecho a esta situación.

TABACUNDO toma una hoja en blanco y la coloca sobre el rollo de la máquina. A continuación, recoge la taza de café y sale.



~ESCENA 2~


TABACUNDO entra a su escritorio con un paquete de hojas en la mano. Es un romance mecanografiado. Lo coloca violentamente sobre la mesa de su escritorio. Está enojado. Muchos de los papeles que hay sobre la mesa caen al suelo.


TABACUNDO

¡Qué fiasco! Después de tener toda la novela del escritor fantasma, se la envié a mi editor [pausa]. ¿Y qué me dijo ese cretino? Declaró que la novela es muy buena, que era una de las mejores que había leído en los últimos tiempos, pero... pero... pero... que el último capítulo no cerró bien la historia, que estaba completamente fuera de lugar, que parecía que lo había escrito estando borracho, pues si no, no se entendía un final así, no le encontraba otra explicación [golpea la mesa con el puño, se caen más papeles]. Para ser honestos, no sé escribir tan bien, pero tal vez intente inventarme un buen final. Así al menos la novela tendrá una parte de mí… [se calma un poco].

TABACUNDO abandona el escenario.


~Escena 3~


Entra el escritor FANTASMA. Lleva una sábana que cubre todo su cuerpo.

Se coloca en la parte delantera del escritorio y habla directamente con el público.


FANTASMA

Querido público, soy el verdadero autor de esa novela. Y sí, soy un fantasma, estoy muerto, y soy un alma en pena que deambula por este mundo para cumplir una tarea pendiente. Lo mío es realmente increíble. Me he puesto esta sabana para que puedan verme, de lo contrario resultaría invisible. Créanme [pausa]. Tengo asuntos pendientes. Y es que no puedo enviar nada a un editor. Gracias a que logré presionar las teclas de la máquina, meter y sacar el papel, escribí mi novela. Si fuera con ordenador no habría conseguido que funcionase, pero después de mucho buscar encontré a este escritor, TABACUNDO, que aún usa máquinas de escribir de las antiguas, algo que me ha venido al pelo. Rápidamente me di cuenta de que era un individuo sin escrúpulos, capaz de utilizar materiales ajenos sin ningún problema de conciencia, pero que tenía acceso a los editores. Era el tipo ideal, actuó como calculé que lo haría. Por eso, terminé mi novela con un capítulo final tan flojo. Y sé que él no podrá terminar la novela como es debido [hace una pausa]. Es una pena que no me vean, pero estoy sonriendo de felicidad. He terminado mi último capítulo...

El escritor FANTASMA se retira del borde del escenario. Va al otro lado de la mesa. Recoge los papeles de su novela. A continuación, se saca algunas hojas de debajo de la sábana y las coloca en la base.


FANTASMA

Ya está. Mi novela está completa. Ahora que sé que es buena, buscaré otro editor que...


TABACUNDO

[Sólo se escucha su voz, pero no está a la vista] ¿Quién está ahí? Voy a llamar a la poesía... quiero decir, ¡a la policía! ¡¡Escritor invisible, voy por ti!!


FANTASMA

[Al público, entre susurros] ¡Mejor me voy, no sea que me acabe viendo! ¡Chao!

El escritor FANTASMA sale por un lado, mientras primero se escuchan los pitidos de una alarma que se desmonta, y luego los pasos de TABACUNDO corriendo, pero, antes de llegar al escenario, va a oscuro.

Telón


© Frantz Ferentz, 2023

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