Personajes
- NIÑO es muy impertinente e insistente, sale a buscar amigos.
- DRAGON, que aún es un bebé de su especie, camina sobre dos patas.
- CUBEDO, pedagogo vestido a la antigua usanza, con birrete y mallas.
- REY, aficionado a los crucigramas
- CRONISTA, que escribe con pluma de ganso.
ACTO UNO
Escena 1
En medio del campo. Se ve alguna roca y algún árbol. Es posible que se vea un círculo amarillo colgante que representa al sol.
El DRAGÓN está caminando por el escenario. Solo mueve los pies, no se desplaza: lo hace lentamente, como con desgana. Mientras camina sobre dos patas, tiene las manos cogidas por detrás de la espalda, como si estuviera pensando mientras está caminando.
Pasan unos segundos con el DRAGÓN caminando, hasta que de repente se escucha una voz desde fuera de escena.
NIÑO: ¡HOLAAAAAAAA!
Entra el NIÑO. Camina a paso ligero, como si estuviera en el patio del colegio. Se acerca al DRAGÓN, quien se detiene al ver al niño. Cuando llega a la altura del DRAGÓN, el NIÑO también se detiene. Están frente a frente.
NIÑO: [En tono simpático]. Hola.
DRAGÓN: [Antipático]. Hola.
NIÑO: Nunca había visto un animal como tú. ¿Qué eres? ¿Una lagartija que toma esteroides? ¿Una salamandra anémica? ¿Un godzila en miniatura?
DRAGÓN: [En tono mosqueado]. ¿De qué estás hablando? ¡Soy un dragón!
NIÑO: ¿Un dragón de Komodo, como los que salen en la televisión en los documentales de animales?
DRAGÓN: [Airado]. Noooooo, un dragón de aquí, de los de siempre, de los que escupen fuego por la boca.
NIÑO: [Dando palmas de emoción]. ¡Escupes fuego! ¡Escupes fuego! [Apunta hacia adelante, a algún lugar indeterminado]. A ver, a ver, ¿puedes disparar una llama y quemar esos matorrales de ahí?
DRAGÓN: [Se pone las manos en las caderas]. No puedo, todavía soy muy joven para eso, soy un niño dragón y no puedo aún lanzar fuego.
El DRAGÓN pretende seguir su camino, pero el NIÑO le pone la mano en el brazo con intención de frenarlo.
NIÑO: ¡Espera! No te vayas.
El DRAGÓN hace todo lo posible para liberarse del agarre del NIÑO, pero el NIÑO no se lo permite. Al final, el NIÑO rompe a llorar. El MONSTRUO ceja en su intención de irse. Se detiene.
DRAGÓN: Vale, ¿qué diablos quieres?
NIÑO: Sé mi amigo, por favor, por favor, por favor...
DRAGÓN: Cómprate un peluche que te haga compañía.
NIÑO: No, no, quiero un amigo de verdad, como tú.
DRAGÓN: No iba a funcionar, chico. Solo estoy buscando una cueva oscura y fría donde pueda habitar, donde desarrolle mis habilidades de dragón, como escupir fuego. Y ahí me quedaré hasta que sea mayor para luego dedicarme a arrasar todo lo que se cruce en mi camino.
NIÑO: ¿Sabes qué? Mi tío es dueño de un restaurante. Podrías trabajar allí asando pollos.
DRAGÓN: ¡Que no! Tienes que tener amigos como tú, de tu edad y… ¡humanos!
NIÑO: [En tono de tristeza]. Es que no me quieren. Se ríen de mí, porque soy un melindre.
DRAGÓN: Siento mucho todo eso, pero soy un dragón feroz que ha nacido para destruir. Estudia para ser caballero y, cuando seas mayor, tal vez podamos luchar. Y ahora, me voy a buscar una gruta oscura y lúgubre...
El NIÑO hace un gesto para agarrar nuevamente al DRAGÓN, pero este huye. El NIÑO lo persigue, corren en círculo, mientras el NIÑO sigue diciendo: "¡Para, para!"
Escena 2
Entra CUBEDO. Mira lo que sucede en el escenario, con el NIÑO persiguiendo al DRAGÓN.
NIÑO: [Para sí]. Señor, qué valiente es este chico. Persigue al dragón incluso a riesgo de poner en peligro su propia vida... Pero tengo que actuar, porque de lo contrario su padre no me perdonaría si le pasara algo.
CUBEDO se interpone entre el NIÑO y el DRAGÓN.
Como era de esperar, el NIÑO se golpea con CUBEDO. Ambos caen al suelo. El DRAGÓN aprovecha para continuar su huida y sale del escenario.
NIÑO: Pero bueno, ¿tú qué haces?
CUBEDO: Salvarte.
El NIÑO rompe a llorar.
CUBEDO: ¿Por qué lloras?
NIÑO: No lo entenderías...
CUBEDO señala a un lado. El NIÑO comienza a caminar, seguido por CUBEDO. Ambos abandonan el escenario.
Oscuro.
TELÓN
ACTO DOS
Salón del trono en el palacio real. El REY está sentado en el trono con un periódico sobre las piernas. Está haciendo un crucigrama y tiene un bolígrafo en la mano.
A su lado, está sentada el CRONISTA, en una triste mesa y sentado en un taburete. Utiliza una pluma de ganso para tomar notas en papel higiénico. También al lado hay un tintero donde se moja la punta de la pluma para escribir. De vez en cuando, dice en voz alta lo que está escribiendo.
REY: [Concentrado en el crucigrama, chupando la punta del bolígrafo]. Cinco vertical, puesto de gobierno del monarca, tres letras.
CRONISTA: Rey...
REY: ¿Qué deseas?
CRONISTA: Que es rey.
REY: Ya sé que soy rey.
CRONISTA: Digo que la palabra del crucigrama es ‘rey’, cinco vertical, tres letras.
REY: Ah, tienes razón. Gracias.
CRONISTA: De nada...
Entra CUBEDO acompañado del NIÑO. Se acercan al trono.
CUBEDO: Majestad, majestad, ¡qué bien que estáis aquí!
CRONISTA: El pedagogo entra arrastrando al príncipe al salón del trono. ¿Estamos a punto de presenciar un día histórico?
REY: [Sin levantar la vista del periódico]. Horizontal cuatro, animal que escupe fuego por la nariz, seis letras... eh, pues fumador.
CRONISTA: Eso tiene siete letras.
CUBEDO: Dragón, majestad.
REY: Tienes razón. Y sí, es dragón. [Escribe]
CUBEDO: No, majestad, que hay un dragón en el reino.
El REY lanza el periódico y presta toda su atención a CUBEDO.
REY: ¿Cómo, dónde, cuándo?
CUBEDO: No os preocupéis, vuestro hijo ya se ha ocupado de él.
REY: ¿De quién?
CUBEDO: Del dragón.
REY: [Al NIÑO]. ¿Es eso cierto?
NIÑO: Yo... solo estaba buscando un amigo.
CRONISTA: El joven príncipe heredero fue él solo en busca de un enemigo contra el que luchar…
CUBEDO: Vuestro hijo persiguió al dragón por medio país, tan solo empuñando un palo. La bestia huyó y huyó, sin atreverse a enfrentarse al príncipe. Lo vi con mis propios ojos.
NIÑO: [En tono de sorpresa]. ¡Yo no tenía ningún palo!
CRONISTA: El príncipe, sin temer por su vida, expulsó al dragón allende nuestras fronteras. Apenas empuñaba una espada y solo llevaba su valor como escudo. A lomos de un caballo de las cuadras reales, el príncipe persiguió a la bestia hasta que cruzó nuestras fronteras para no regresar jamás.
NIÑO: Las cosas no fueron así...
REY: [Aplaudiendo] ¡Bravo, bravo, mi hijo es mi digno sucesor!
El REY se levanta del trono, acaricia la cabeza del NIÑO y recoge el periódico donde cubría los crucigramas. Luego, regresa al trono y continúa con sus crucigramas, chupando nuevamente la punta del bolígrafo.
CRONISTA: El rey abrazó al hijo. Ambos lloraron de emoción, porque la aventura pudo haber terminado en tragedia, pues ese dragón sanguinario…
NIÑO: [Interrumpe. Habla con el CRONISTA]. ¿No puedes escribir que era legendario en vez de sanguinario?
CRONISTA: Yo soy el cronista y esta historia me está quedando de fábula. No cambiaré ni una sola coma. Así que solo me falta terminar esta crónica, que será conocida por los siglos de los siglos. Príncipe, serás recordado para siempre, a lomos de un brioso caballo, luchando contra un dragón. Se llamará La leyenda de San Jorge y el dragón.
CUBEDO: [Aplaudiendo]. ¡Qué maravilla! Príncipe, verás cómo ahora que eres un héroe y tendrás amigos.
NIÑO: Pero no soy ningún santo, solo soy Jorge.
REY: [Interrumpe a los presentes y levanta la vista del periódico]. Callaos, que no puedo concentrarme.
CUBEDO, el NIÑO y el CRONISTA salen de puntillas de la escena para no distraer al REY, que vuelve a concentrarse en su crucigrama.
REY: A ver, dos horizontal, tres letras. Conclusión, cierre, terminación. [Piensa por un momento]. Ah, ya lo sé: fin.
Oscuro.
TELÓN
© Texto: Xavier Frías Conde, 2025
© Ilustración: Enrique Carballeira Melendi.
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