PERSONAJES
Angus: Es una niña.
Abuelo Trifulco: es inventor
Abuela Aromática: sufre pérdida parcial de memoria.
Abuela Sixtina: Es una fumadora compulsiva. Aparece rodeada de una nube de humo de tabaco todo el tiempo, solo sus piernas serán visibles.
Abuelo Tríptico: Es un viejo espía que sufre de manía persecutoria.
Cartero: lleva un paquete a Angus.
ACTO ÚNICO
Angus está sentada en el salón de la casa. El único mobiliario es el sofá del fondo del escenario, en el centro. Está leyendo un libro en silencio, pasando una página. De repente, hay una explosión. El abuelo Trifulco entra al escenario. Arrastra un gran saco, dentro del cual hay algo que no se ve al principio. Parece pesado. Se acerca a la niña.
TRIFULCO. Angus, ayúdame. Angus, ven. ¡Angus, quiero que veas mi último invento!
Angus deja el libro en el sofá, lo abre para no perder la página, y se acerca a su abuelo, que está quitando el saco para dejar al descubierto el objeto oculto.
ANGUS. ¿Qué quieres, abuelo?
TRIFULCO [emocionado]. ¡Angus, Angus! Con este invento mío, Angus, revolucionaré los sistemas de alarma. Además, Angus, este en concreto es muy económico, no necesita instalación y sus efectos sobre los posibles ladrones, Angus, son impresionantes.
Mientras habla, acaba descubriendo el objeto en cuestión. Es un embudo muy grande, con una boca enorme y un final para la salida de líquidos más pequeños, con correas.
El abuelo se coloca el extremo delgado del embudo en la parte posterior y se lo ajusta con las correas.
TRIFULCO. Angus, ¿has visto?
ANGUS. No entiendo nada. ¿Por qué quieres ponerte ese embudo ahí?
TRIFULCO. Angus, no es un embudo, es un potenciador de pedos.
ANGUS. Abuelo, ¿qué estás diciendo? ¿Qué tontería es esa? ¿Por qué quieres potenciar el sonido de los pedos?
TRIFULCO. Mi querida Angus, la verdad es que este aparato es mucho más que eso. Potencia el sonido y también el olor. ¿Te imaginas, Angus, un pedo cien veces más poderoso que uno normal? Solo con medios naturales se obtiene un sistema anti-ladrones totalmente eficaz, ¿no lo ves, Angus?
ANGUS. A mí me suena horrible, abuelo ... Y además, dudo que funcione.
Angus regresa al sofá y sigue leyendo. Mientras tanto, el abuelo Trifulco comienza a trastear con su invento, como ajustando piezas, con un destornillador.
Entra la abuela aromática. Pasa junto al abuelo Trifulco, mirando al suelo, arriba, adelante, atrás, como buscando algo en el aire.
Llega hasta el sofá y se detiene junto a Angus.
AROMÁTICA. Hola.
Angus interrumpe la lectura y vuelve a dejar el libro.
ANGUS. Hola abuela. ¿Estás bien?
AROMÁTICA. No no no. He vuelto a perder la memoria y la estoy buscando ... ¿No la verías en alguna parte?
ANGUS. No, abuela.
Aromática mira a Angus.
AROMÁTICA. ¿Tú y yo nos conocemos?
ANGUS. Pues claro, soy tu nieta Angus.
AROMÁTICA. ¿Angus? Ese nombre me suena. Angus, Angus, Angus, Angus ...
ANGUS. ¿Por qué no te sientas aquí a descansar para recuperar el aliento?
AROMÁTICA [concentrada]. Angus, Angus, Angus, Angus ... [para la niña] Oye, ¿has visto mi memoria, niña? ¿Y cuál es tu nombre?
ANGUS. Soy Angus, tu nieta.
AROMÁTICA. Qué bonito, me recuerdas a alguien, pero no sé a quién.
Aromática se aleja del sofá y se va para un lateral, siempre mirando al suelo mientras camina en círculos. Entre murmullos sigue repitiendo el nombre de Angus.
Angus reanuda su lectura sentado en el sofá.
En ese momento entra al escenario la nube de humo que envuelve a la abuela Sixtina. Camina despacio, canturrea algo y se acerca al sofá.
SIXTINA (en tono alegre). Hola Angus, ¿cómo estás?
Angus vuelve a colocar el libro en el sofá, abierto boca abajo.
ANGUS. Aquí tranquila, leyendo este libro, que me encanta [señala al libro]. ¿Y tú?
SIXTINA. Muy bien, Angus, nietecita mía.
ANGUS (tomando un tono serio). Abuela, ¿no vas a dejar de fumar algún día?
SIXTINA. Justo ahora no estoy fumando, Angus.
ANGUS. ¿Y todo ese humo que te envuelve?
SIXTA. Hace tantos años que fumo que ya forma parte de mí, Angus ...
El abuelo Tríptico entra silencioso, caminando de puntillas. Se acerca a la abuela Sixtina y se esconde también en la nube, pero a ella no le hace gracia, porque se ve buena parte de su cuerpo.
La abuela Sixtina lo nota, se agita y se queja.
SIXTINA. ¿Qué estás haciendo ahí? ¡Pírate!
TRÍPTICO. Cállate, que me van a ver.
ANGUS. ¿Quiénes, abuelo?
TRÍPTICO: Mis enemigos, Angus. Sabes que soy un espía muy apreciado. Conozco millones de secretos y por eso me quieren liquidar, Angus.
SIXTINA. Angus, dile a tu abuelo que se busque otro lugar donde esconderse.
TRÍPTICO. Angus, dile a tu abuela que no quiero ponerme en peligro.
SIXTINA. Angus!
TRÍPTICO. Angus!
TRIFULCO. Angus!
AROMÁTICA. Angus!
LOS CUATRO ABUELOS [al alimón]. ¡¡¡Angus!!!
De repente, suena una breve explosión. A continuación, los cuatro abuelos siguen llamando a su nieta, pero ya no pronuncian su nombre, solo se escucha un sonido, algo así como "iihh". Se quedan así un rato, llamando a su nieta, pero sin decir su nombre, simplemente sueltan una especie de chillido.
Angus deja de prestarles atención y vuelve a sus lecturas.
Un cartero entra por un lateral. Llama a un timbre invisible en una puerta también invisible.
El timbre suena. Sorprende a todos. Angus se levanta del sofá y va a abrirlo. A un lado del escenario hay un cartero, que lleva un paquete en sus manos.
Angus hace invisible el gesto de abrir la puerta.
ANGUS. Buenos días.
CARTERO. Buenos días. ¡Traigo este paquete para... [intenta leer el nombre] para Iiihhh!
ANGUS. Lo siento, mi nombre es Iiiihhhhh.
CARTERO. Me refiero a Iiiiihhhh
LOS CUATRO ABUELOS [al alimón]. ¡Ella es Iiiihhhh!
CARTERO [ligeramente mosqueado] A ver, ¿quieres el paquete o no?
Angus se acerca para recogerlo.
CARTERO. Que tengas un buen día y haz algo con tu nombre, que no se puede pronunciar.
El cartero se gira y se aleja, abandonando el escenario.
Angus regresa al sofá con el paquete en las manos, pero no lo abre. Sigue pensando.
SIXTINA. ¿Qué tienes, Iiiihhh?
ANGUS (mirando a los cuatro abuelos). ¿No lo veis? Ya nadie puede llamarme por mi nombre. Es como si ..., como si ..., como si ...
AROMÁTICA [interrumpiendo] Como si tu nombre se hubiese gastado.
ANGUS. ¡Exactamente! Es justo eso. Lo usáis tanto que, al final, mi nombre se ha gastado.
TRIFULCO. Yo, si quieres, te invento un nombre, porque para eso soy inventor, y de los mejores.
ANGUS. Gracias, abuelo, pero no vale la pena. Tengo que elegir yo mi nombre.
SIXTINA. ¿Y cómo vas a hacer para que, después de un tiempo, no volvamos a gastártelo?
Angus pone una cara pensativa. Hay silencio durante unos segundos. Después, anuncia con una gran sonrisa.
ANGUS. Ya lo sé, quiero un nombre que me describa. A partir de hoy tendréis que llamarme por mi nombre completo, que es este: Chica-a-la-que-le-gusta-leer-sentada-en-el-sofá-y-es-muy-maja-porque-se-ocupa-de-todo-las-personas-a-su-alrededor.
TRIFULCO. ¿Tenemos que llamarte así?
ANGUS. Pues sí. De lo contrario, no os haré caso. A ver, ¿cuál es mi nombre?
TRIFULCO. Niña-sentada-en-una-silla-leyendo-recetas-de-cocina-mientras-cuenta-chistes-a-sus-abuelos.
SIXTINA. No, no es así. Es Moza-que-se-sienta-en-las-nubes-y-cuenta-los-colores-del-arcoíris.
TRÍPTICO. Ambos os equivocáis. Se llama Muchacha-tejiendo-sueños-mientras-inventa-sabores-de-helado.
AROMÁTICA. ¿Alguno de vosotros ha visto mi memoria por alguna parte?
ANGUS. No tenéis remedio. Pero llamadme cada uno como habéis dicho, así tendré muchos nombres y serán más complicados de gastar.
Angus se sienta y vuelve a su lectura. Los abuelos abandonan el escenario cada uno por un lado
Va a oscuro.
Telón
© Frantz Ferentz, 2021