martes, 17 de septiembre de 2013

EL DILEMA DEL BANQUERO MÁS RICO




Un campesino se plantó delante del banquero riquísimo que siempre presumía de tener más que nadie y le dijo:

— Yo tengo algo que usted no tiene.

— ¿El qué? —preguntó el banquero todo curioso.

— Esto —y le mostró una miserable moneda de un centavo.

El banquero se rió:

— Yo tengo millones de monedas como esa!

— Cierto —dijo el campesino—, pero no tiene esta, porque esta es mía y usted nunca la tendrá. Y tendrá que vivir sabiendo que nunca la poseerá.

Y tuvo razón el campesino, porque el banquero se pasó el resto de su vida buscando a aquel campesino con su moneda de un céntimo y se murió podrido de envidia por no haberlo encontrado.

Frantz Ferentz, 2013

lunes, 16 de septiembre de 2013

CUANDO LOS ELEFANTES CANTEN ÓPERA


El jardinero se plantó delante de la princesa y del rey y antes que los guardias le cayeran encima, preguntó a la princesa:

— Me das un beso?

— Solo cuando oiga a un elefante cantar ópera.

Al monarca le gustó la respuesta de su hija, así que decidió no castigar al impertinente jardinero, pero entonces se produjo una confusión terrible en el salón del trono. Era un elefante. Entró... ¡cantando ópera! Y entonces la princesa dio un beso al jardinero, el cual le guiñó un ojo a la princesa, porque bien sabía él cuán difícil era enseñar a un elefante a cantar ópera, pero así el rey no podría castigar al osado jardinero, del cual estaba perdidamente enamorada la princesa...

Frantz Ferentz, 2013